lunes, 5 de marzo de 2012

Acido Sulfhídrico (H2S)

Este gas, más pesado que el aire, es inflamable, incoloro, tóxico, odorífero: su olor es el de materia orgánica en descomposición, como de huevos podridos. A pesar de ello, en el organismo humano desempeña funciones esenciales. El ácido sulfhídrico se encuentra naturalmente en petróleo no procesado, gas natural, gases volcánicos y manantiales de aguas termales. También puede existir en aguas pantanosas, lagunas o aguas estancadas, desagües, estanques de harina o de aceite de pescado, barcos pesqueros y alcantarillados.
Tradicionalmente el ácido sulfhídrico se ha empleado en la marcha catiónica para precipitar los cationes de metales pesados del grupo II de la marcha analítica, que luego se separan por otros métodos. Los precipitados amorfos pueden ser negros o blancos. En estudios recientes se ha conseguido inducir la hibernación en ratones aplicando sulfhídrico. El acido sulfhídrico es el responsable del ennegrecimiento de algunas pinturas basadas en carbonato de plomo, por formación de sulfuro plumboso de color negro.

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